Esta actividad, organizada para fomentar la empatía y concienciar sobre las realidades de las personas invidentes, constó de dos partes:
- En la primera parte de la visita, los estudiantes asistieron a una charla introductoria donde se les mostraron diversos objetos cotidianos adaptados para personas invidentes, como relojes, bastones y dispositivos de lectura en braille. Posteriormente, participaron en juegos de mesa completamente a oscuras.
- La segunda parte consistió en una inmersión en total oscuridad en un entorno que intentaba simular la vida diaria de una persona ciega. Guiados por expertos invidentes, los estudiantes recorrieron diferentes estancias de una casa, como el salón y la cocina, enfrentándose a retos comunes como identificar objetos o desplazarse sin ver. Además, también salieron al exterior, donde los estudiantes cruzaron una calle o visitaron un museo.
Esta experiencia, sin duda, ayudó a los estudiantes a entender mejor los desafíos a los que se enfrentan las personas invidentes en su vida diaria.